La finca

La finca está situada en medio de la cordillera de los Andes, sobre la ruta 60 en el valle de Fiambalá, Catamarca, Argentina.

El pueblo de Fiambalá se fundó hace casi 300 años en el mismo lugar donde hoy está situada nuestra finca.

Nuestro valle forma parte de La Ruta del Adobe, un circuito de 50km donde las más importantes edificaciones están construidas de este material. Las construcciones de adobe, que todavía se alzan por estas tierras, son como vivos recordatorios de nuestras raíces.

El nombre de la finca hace honor a Don Diego Carrizo de Frites quien introdujo la vid en Fiambalá, por el año 1702.





Nuestros viñedos
Se encuentran en una zona que tiene características naturales ideales para la producción de un buen vino.



Una altitud de más de 1505 m.s.n.m. permite que los rayos UV lleguen con más fuerza y eliminen una gran cantidad de enfermedades en la planta, esto combinado con un riego de agua de deshielo, permite que nuestras vides de más de 85 años tengan un crecimiento estable y sano.

Todas estas virtudes hacen que no sean necesarios los herbicidas para el cultivo. Nuestros viñedos siempre se han trabajado sin químicos ni fertilizantes sintéticos desde sus comienzos, dentro de un hábitat libre de contaminación.



La Iglesia de San Pedro
Una de estas cápsulas del tiempo es la Iglesia de San Pedro, un monumento histórico nacional. La Iglesia, que está dentro de nuestra finca, fue construida en 1770 y funciona desde ese momento como centro de reunión para los habitantes del pueblo.



Entorno
Cercado por los seismiles, decenas de picos superiores a los 6000 mts y con la frontera a la vista, este oasis es uno de los puntos más inaccesibles y exclusivos de Argentina.

Nuestras dunas, famosas por el Rally Dakar, son las más altas del mundo y son el escenario de algunas de las mejores experiencias para los deportes extremos, ya sea 4x4, moto o sandboard. Pero los fanáticos de la altura y del rally no son los únicos peregrinos de esta zona.


Las termas, los paisajes cinematográficos y la riqueza histórica del valle hacen de Fiambalá un punto de encuentro para los aventureros que buscan el límite del mapa y las personas que deciden cuidar su salud, alejadas de la gran ciudad.

Los aborígenes llamaron a esta zona Fiambalá, que en su lengua cacán significa “La Casa del Viento”. Ese viento es el que llena nuestros pulmones con la esencia de nuestras raíces y nos permite lograr la titánica tarea de producir el mejor vino en las condiciones más extremas.



El refugio secreto de Finca Don Diego, una gota de vida en el medio del desierto. El valle de Fiambalá es esa esperanza verde flotando en un mar de polvo y viento.

 
Aviso Legal | Política de Privacidad | Política de Cookies